La compañía del Grupo Fuertes, con sede en Escombreras y miembro de la Junta Directiva de AMIQ, produce la base de cosméticos, fármacos y productos anticorrosión
AEMEDSA, empresa petroquímica del Grupo Fuertes, ha logrado este año el liderazgo mundial en aceites minerales blancos de alta calidad tras incrementar su producción en un 45% durante los tres últimos ejercicios. Sus instalaciones, situadas junto al puerto de Escombreras, generan al año más de 30 millones de litros de parafina líquida y sulfonatos naturales para un centenar de multinacionales de cosmética, farmacia, textil, aeronáutica, construcción naval, metalurgia y automoción. Recientemente ha incorporado una línea de producción de ácido sulfúrico.
Solo existen otras tres plantas en el mundo como la que tiene la compañía Aceites Especiales del Mediterráneo SA (Aemedsa). Están en Estados Unidos, Japón y Holanda. Ninguna de ellas llega al nivel de producción de la firma cartagenera, afirma el director general de Aemedsa, Luis Miguel Melgar Morals. «La parafina líquida que producimos es lo máximo a lo que se puede refinar el petróleo», añade. Hasta el punto de que sirve para elaborar aceites hipocalóricos para consumo humano -mezclados con un 10% de aceite de oliva para darles sabor- y laxantes.
Las aplicaciones de la parafina líquida que produce Aemedsa se centran en los cosméticos (cremas hidratantes y bronceadoras, pintalabios y maquillaje), medicamentos dermatológicos (pomadas y lociones) y alimentos moldeados (pan para sandwiches, galletas, golosinas, salchichas...). También se emplea para fabricar siliconas, vaselinas, velas, plastilinas, fibras textiles, vajillas de cristal e, incluso, tetinas para chupetes y biberones. En su forma más básica (99%) se utiliza como aceite para pieles de bebés.
Todos somos química
¿Demasiada presencia de una sustancia química en nuestras vidas? Luis Miguel Melgar responde: «Vivimos en un mundo que considera lo natural como algo saludable y lo artificial como algo malo. El veneno de una serpiente es natural y mata. Nosotros trabajamos con productos basados en química del carbono y debo recordar que los seres humanos estamos hechos en un 85% de agua y en un 10% de carbono. Si yo le dijera a alguien que le invito a tomar una mezcla de glicina, almidón, ácido oxálico, ácido ascórbico y gas etileno, lo rechazaría. Pero en realidad solo le estoy ofreciendo un plátano. Todos somos química».
Por su parte, la producción de sulfonatos naturales está orientada a la industria. Son sustancias que tienen la virtud de ligar aceite con agua, por lo que inhiben la corrosión. En este caso, los clientes de Aemedsa son empresas dedicadas a la metalurgia, carpintería metálica, industria aeroespacial, construcción naval, minería, extracción de petróleo y automoción. De hecho, tales sulfonatos son la base de los aceites de motores.
Ácido sulfúrico
Las instalaciones de Aemedsa abarcan 22.000 m2, que albergan 73 kilómetros de tuberías (suman 1.150 toneladas de acero) y tecnología punta que ha requerido permisos especiales del Gobierno de Estados Unidos, puesto que también se utiliza en centrales nucleares, plataformas petrolíferas y fábricas de misiles.
Aemedsa ha incorporado una planta de producción de ácido sulfúrico que ha costado doce millones de euros y que tiene capacidad para generar cuatro millones de litros al año para autoabastecimiento y venta a industrias dedicadas a la producción de baterías, refino de petróleo y refino de azúcar. También genera energía equivalente al gasto en calefacción de 25.000 habitantes.
El 56% de la producción de la compañía se exporta a Estados Unidos, Suiza, Italia, Alemania, India, Australia y China. En concreto, las ventas al gigante asiático se incrementaron un 83% el año pasado.
«Trabajamos con multinacionales muy exigentes y restrictivas que requieren entre tres y siete años para homologar nuestros productos», resalta Melgar Morais.
De ahí que, por ejemplo, Aemedsa cumpla con los protocolos de las farmacopeas internacionales más exigentes del mundo, como la European Pharmacopia o la USP americana. «No damos saltos en el vacío, sino que trabajamos para productos que han sido testados durante más de 60 años», indice el director de la compañía.
Desde su creación, en 1995, Aemedsa ha invertido 37 millones de euros en tecnología. En ese sentido, ha efectuado proyectos de colaboración con centros tecnológicos, la Politécnica de Cartagena y las universidades de Córdoba y Valladolid. Como mínimo, la empresa dedica un 3,5% de su facturación anual a I+D y actualmente está inmersa en una nueva ampliación de sus instalaciones.
El sector más potente de la Región
Melgar Morais recuerda que la industria química es el sector más potente de la Región. Integra a más de 600 empresas que facturan una media de 6.000 millones de euros anuales y suman 7.000 empleados, de los cuales el 92% tienen contratos indefinidos.
A ellos se unen 22.000 trabajadores en puestos indirectos. El sector representa el 25% de la inversión privada en investigación y el 19% de la dedicada al medio ambiente. Igualmente es líder en productividad (250% más sobre la media regional). «Somos uno de los pilares de la economía murciana -añade Melgar- y lo seguiremos siendo. No nos dedicamos a contaminar, sino a generar riqueza, progreso y bienestar».
Fuente: La Verdad