Página de inicio
contáctenos Contáctenos
AMIQ
volver
UE y USA plantean proteger la industria farmacéutica como sector estratégico

Los laboratorios reconvierten sus fábricas para combatir el coronavirus

Fecha publicación
Monday, 13 de April de 2020

“Suerte tenemos en estos momentos que España tiene todo un tejido industrial en farmacia”, señala Ignasi Biosca, consejero delegado del grupo Reig Jofre. Su empresa es una de las que ha reorganizado su producción en las últimas semanas para dar prioridad a la fabricación de medicamentos esenciales para la lucha contra la Covid-19, ante los problemas de suministro que impiden ahora la llegada de medicamentos de otros países. “Hemos vuelto a producir medicamentos esenciales que en los últimos años, con la política de las autoridades de comprar lo más barato no fabricábamos, porque no podíamos competir con los precios de las importaciones de Asia”, asegura. Son medicamentos como el Cis atracurium y el midazolam, imprescindibles para las UCI, ahora colapsadas, y antibióticos inyectables. Los proveedores asiáticos, que ganaban las subastas con fuertes descuentos, hoy no sirven producto a ningún precio.

Humberto Arnés, director general de la patronal del sector, Farmaindustria, señala que “muchos medicamentos se venden a un euro y menos y a esos precios no se puede producir una medicina en ningún país de la UE”. Europa, recuerda, tiene costes salariales, regulatorios y medioambientales con los que las fábricas de aquí no pueden competir con Asia”. Ahora, en cambio, “los gobiernos han visto que la industria farmacéutica es un sector estratégico, y hay que tener capacidad de producir localmente”.

Arnés señala que la Comisión quiere tomar medidas para garantizar que, la próxima vez, no haya escasez de fármacos. “Primero se cerró China que es uno de los mayores productores de principios activos, y ahora se ha cerrado la India, que ademas produce muchos medicamentos elaborados”, señala David Peix, director general de Towa Invest, un fabricante de genéricos hasta diciembre filial de Esteve.

La industria española ha ido elaborando planes de contingencia para adaptarse a las necesidades de suministros de la Agencia Española del Medicamento, gestionando prioridades en las líneas de producción. “Esa flexibilidad sólo es posible si la planta ya fabrica el medicamento, porque este es un sector muy regulado, con estándares de calidad muy altos, y la fabricación no se puede improvisar” explica Biosca, que recuerda que España no solo cuenta con fabricantes de medicina sino de una industria química que produce principios básicos.

Los gobiernos están viendo que sólo si hay un tejido productivo local se garantizará el suministro de fármacos

La industria farmacéutica tiene en España 82 fábricas, de medicamentos elaborados y principios activos, de las que 51 son propiedad de empresas españolas. Está además muy centrada en Catalunya (37 fábricas) y Madrid (24), y son propiedad principalmente de empresas medianas de menos de 500 trabajadores (53%). Según los datos del ministerio de Industria, solo las empresas españolas son exportadoras netas (1.340 millones de euros), mientras que en el conjunto del sector el déficit comercial es de 3.800 millones de euros.

La EFPIA, la patronal europea de la industria farmacéutica, ha asegurado que no hay riesgo de que falten medicamentos en Europa “salvo que la interrupción de suministros se mantenga durante varios meses”. La EFPIA reconoce que existen problemas con productos concretos, muy demandados para tratar el coronavirus, o en los que se han dispara las compras “en pánico” en farmacias, como el paracetamol.

Estas presiones, añade, se agravan por “decisiones unilaterales de los estados miembros” que obligan a los fabricantes a garantizar el suministro en su territorio, de manera que cada vez hay más problemas para realizar envíos de medicamentos en Europa.

Para la industria la prioridad es ahora asegurarse suministros. Peix lamenta que “no hay una trazabilidad del medicamento, de manera que no podemos saber qué proveedores utilizan material de otros países y por lo tanto pueden tener problemas de suministro”. La trazabilidad se ha convertido también en un punto central de la agenda política en Estados Unidos, donde el Congreso y las autoridades sanitarias quieren incorporar este requisito a los controles de seguridad y eficacia que ya realizan, para asegurar la cadena productiva del sector. “La industria está dispuesta a invertir para garantizar que haya un tejido productivo local, pero el gobierno ha de entender que no podemos fabricar a pérdidas”, señala Arnés.

Reig Jofre: cuadruplicar 40 medicamentos esenciales

Reig Jofre ha puesto sus fábricas de Toledo y Barcelona trabajando a tres turnos, todos los días de la semana: el laboratorio fabrica 40 de los 347 medicamentos que el Gobierno ha calificado como esenciales. “Son fármacos que antes producíamos en cantidades muy pequeñas, medicamentos maduros, de precios bajos, pero esenciales para las UCIS, y antibióticos inyectables, vitales cuando el coronavirus avanza y genera también una infección bacteriana” explica Ignasi Biosca, consejero delegado del grupo. Así, la empresa ha fabricado durante la segunda quincena de marzo tantas unidades del sedante midazolam como las producidas en todo el 2019. La planta de Reig Jofre en Barcelona ha cuadruplicado la producción del relajante muscular cis atracurium indicado para los pacientes que se mantienen intubados, un producto fuera de patente que también exporta Francia. Y la planta de Toledo estará trabajando durante la Semana Santa a tres turnos para cubrir el aumento de demanda de antibióticos inyectables esenciales, como es la Ceftriaxona, que desde la segunda quincena de marzo ha multiplicado por tres las unidades producidas. La firma también ha duplicado la producción de desinfectantes como clorhexidinas y alcoholes que suministra a hospitales y a farmacia “aunque ahora demos prioridad a los hospitales” reconoce Biosca. En medio de la pandemia, la prioridad de los gestores es “garantizar los suministros, para poder mantener la cadena productiva, y asegurar la protección de los trabajadores” asegura Biosca.

La firma tiene proveedores españoles, como FarmHispana, una firma de Montmeló que suministra los principios básico del cis atracurium. Pero también otros asiáticos. “Ahora ha abierto China, pero siempre hay incertidumbre: la cadena de valor del medicamento es muy internacional”. La empresa comunica día a día sus stocks de los medicamentos más críticos a la Agencia Española del Medicamento, que también le indica a qué hospital debe enviarlos. En algunos momentos, reconoce, no daban abasto “pero el abastecimiento se ha ido normalizando”.

El aumento de la producción de medicamentos permitirá a la empresa cumplir sus objetivos de venta en el primer trimestre, pese a que el confinamiento está impactando en las ventas de sus productos de especialidades (dermatología, ginecología o artritis) y en los de autocuidado de la salud.

Reig cuenta con dos fábricas en Toledo, una en Suecia y otra en Sant Joan Despí, donde está su sede. Una parte de su negocio consiste en fabricar para terceros, en procesos muy especializados como antibióticos o liofilizados, y muy automatizados. La firma de la familia Reig ha podido aumentar la producción gracias a las inversiones de 50 millones de euros que ha realizado para modernizarlas y ampliarlas desde el 2015. Ahora el grupo tiene en marcha una inversión de 30 millones de euros en una nueva instalación en Sant Joan Despí, que se convertirá en la fábrica de medicamentos liofilizados más grande de España y desde la que suministrara a 70 países. La farmacéutica facturó 200,2 millones de euros, el año pasado, con un alza del 11% impulsada por el crecimiento orgánico de todas las unidades de negocio y la incorporación de la nueva cartera de productos adquiridos a Bioibérica.

Laboratorios Rubió: triplica la producción de hidroxicloriquina

Laboratorios Rubió, una empresa farmacéutica familiar de Castellbisbal, se ha convertido en una de las piezas esenciales contra la Covid-19: fabrica y comercializa Dolquine, un medicamento a base de hidroxicloroquina que tradicionalmente se ha usado en pacientes de artitis o lupus pero que según estudios preliminares es efectivo en el tratamiento de pacientes con coronavirus e incluso en su prevención. La firma que dirige Pelayo Rubió ha triplicado la capacidad productiva para fabricar este medicamento en la fábrica de Castellbisbal, para poder seguir suministrando a los pacientes crónicos y cubrir el nuevo uso.

La compañía fabrica ahora según las indicaciones de la Agencia Española de Medicamentos, que desde la declaración del estado de alarma es la encargada de la distribución controlada de todo el stock de hidroxicloroquina/cloroquina no sólo en los centros hospitalarios como ya sucedía, sino también en las farmacias, así como de organizar el stock sobrante para los ensayos clínicos y para su uso contra el coronavirus. La empresa participa en varios ensayos clínicos nacionales e internacionales, entre éstos el que realiza el hospital Can Ruti, en Badalona liderado por el doctor Oriol Mitjà.

Rubió, dirigida por la segunda generación de la familia fundadora, facturó 35 millones en el 2018, el 70% de ella con la comercialización de productos propios. El laboratorio cuenta con una plantilla de 150 trabajadores, el 50% más que hace 5 años, en buena parte en el área de fabricación, que emplea a 70 personas.

Rubió ha invertido 4 millones de euros en los últimos años en modernizar su fábrica de Castellbisbal, para ampliar su capacidad y homologarla también para servir al mercado americano. La planta, de 2.900 m2, produce 6 millones de unidades de fármacos, con un crecimiento de más de un 30% en los últimos años. La firma vende sus fármacos en 47 países y obtiene un 35% de sus ventas en el exterior, principalmente en Europa.

Towa Pharma Invest Holding: la experiencia de Italia y el apoyo de Japón

Tenemos una filial en Italia y cuando vimos qué estaba pasando allí supimos que llegaríamos a estar igual, así que tuvimos una semana de margen para prepararnos” explica David Peix, director general de Towa Pharma Invest Holding, la empresa japonesa que compró el año pasado Pensa, la filial de genéricos del grupo Esteve, que tiene su fábrica en Martorelles, así como divisiones comerciales en España, Portugal, Italia y Estados Unidos. Towa fabrica en Barcelona dos de los medicamentos considerados esenciales por el gobierno, omeprazol y paracetamol (es uno de los mayores proveedores de España), medicamentos a los que ha dado prioridad en sus líneas de producción. Tras empezar el estado de alarma el reto de la compañía ha sido controlar el absentismo. “La gente tiene miedo de ir a trabajar: hemos pasado del 5% al 10% de absentismo en la plantilla, y para controlarlo hemos llegado a un acuerdo con los sindicatos para dar un plus a los trabajadores además de reforzar las medidas de seguridad y protección”, asegura. Esto último tampoco ha sido fácil, por la dificultad de abastecerse de equipos de protección, especialmente para los trabajadores que realizan los análisis para certificar la calidad de la producción para las autoridades regulatorias. “Nuestra matriz en Japón nos está echando una mano enviándonos equipos de protección, porque allí hasta hace una semana tenían la situación controlada y tenían suministro”, reconoce.

Towa Pharmaceutical es el mayor fabricante de genéricos de Japón, con una facturación de 890 millones de euros y una plantilla de 3.100 personas. En diciembre compró Pensa, la división de genéricos de Esteve, con una plantilla de 850 personas, una operación que en un solo paso le da entrada en Europa y en Estados Unidos. La planta de Barcelona, de 30.000 m2 de superficie, produce anualmente unos 120 millones de unidades de medicamentos genéricos de más de 600 referencias distintas, pero el grupo comercializa también medicamentos fabricados en otros países.

Fuente: LA VANGUARDIA